humofobia*


¿Y qué hay del amateur del "mindfulness" de hoy? En este caso, el logro de la no-existencia cuasi-nirvánica no ha de ser realizada en el proceso de aislar a la persona del mundo externo y bloquear su experiencia sensorial. Por el contrario, la no-existencia ha de ser materializada, inicialmente, como un estado de distanciamiento contemplativo de la mente a mil por hora, y el cese temporal de los pensamientos agitados por el vórtice capitalista. Eventualmente este proceso producirá una inmersión gradual hacia una "experiencia directa tal como es," independiente de su modalidad actual. ¿Pero qué hacer con el paradójico hecho de que la causa más común de la agitación y el "estrés" (léase, defecto del trabajador) que empuja al humano moderno hacia los servicios de la industria del mindfulness sea precisamente este vórtice sistémico en constante aceleración? ¿Es probable que una persona que se ha despojado del pensamiento crítico en el proceso de la "práctica meditativa" y por ende ha disminuido la probabilidad de participación deliberada en una acción común, es decir, política, sea capaz de superar tal callejón sin salida? ¿Es posible contrarrestar este vórtice que, contrario a las aseveraciones de la industria del mindfulness, no está tanto "en nosotros" como "a nuestro alrededor," poniendo en existencia un mundo moldeado por fuerzas ideológicas y políticas? ¿Puede la "práctica del mindfulness" ayudarnos a oponernos a este vórtice? ¿O es solo otro método disciplinario: un ejemplo moderno de  humofobia* que permite la gradual transformación del humano en un mutante/androide hormonalmente optimizado que propulsará obedientemente al sistema turbo-capitalista predatorio por su trayectoria de crecimiento sin fin?
             
                                                                                                    — <  Tomek, "Humophobia" >
 



(*) Humofobia. “Por sobre todo, hemos de parar de posponer el acto de volvernos lo que de hecho y esencia somos," dice Henry Miller (Plexus), Lo que, de hecho y en esencia somos, por supuesto, es humanos. La fuerza de la subyugación budista-x puede ser entendida como un esfuerzo por reprimir este hecho y revertir o incluso anular esta "esencia." Lo hace ofreciendo un panteón de tipos realizados — desde el tradicional arahant y el bodhisattva hasta el practicante de minfulness contemporáneo — hábiles en las artes de la iluminación: la sabiduría, la compasión, la amabilidad, la claridad no-juiciosa, y una serie de otras disposiciones salvadoras. La tipología budista-x contradice cínicamente al temor del humano de carne y hueso, y fabrica entonces en su lugar fantásticas construcciones de mutantes iluminados. El único modo en que la tipología budista-x puede funcionar es tanto subsumiendo como superando al humano. Esto es, el budismo-x, primero determina qué es "el mundano sin instrucción" (lujurioso, engañado, hostil, inhábil, etc.) y luego le instruye en cómo sobrepasarse a sí mismo. [Cruel Theory/Sublime Practice. Glenn Wallis, Tom Pepper, y Matthias Steingass., p. 136]



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