aprender jugando (2)

Además, cuando uno juega se pone alegre, y sereno...
viene un gozo tranquilo que podemos habitar.

Actitud o estado que constituye un gran aliado
para el oficio de investigar la mente;
el mejor amigo de quien practica.

Y por lo demás,
la idea es volverse serenamente alegre
a la vez que humildemente sabio;

no místicamente grave,
ni elevadamente hipócrita.

(una trampa común)

(y un obstáculo)









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aprender jugando

Cambiar un hábito es una habilidad.

Se aprende con el tiempo. Se aprende haciendo.

¿Por qué será que uno olvida que todo lo ha aprendido de la misma manera?

Cuando aprendimos a caminar, no fue de la noche a la mañana. Ni fue forzando las cosas. Fue a punta de ensayo-y-error. Una y otra vez, probar-errar, probar-errar... pequeño logro... adaptar... probar-errar... etc.

Aprender el ejercicio meditativo no tiene nada de distinto. También es un cambio de hábito, también es aprender una habilidad, también se aprende en base a ensayo-y-error.

Pero al parecer esos primeros aprendizajes de la vida los hicimos medio inconcientemente.
O jugando!

Simplemente fallábamos, ajustábamos, y repetíamos incorporando los pequeños nuevos avances,  y además — y muy importante — aún no perdíamos la capacidad de juego!

Este factor es la clave: la capacidad de emprender el ensayo-y-error como algo didáctico; como un juego.

Y es como si hubiésemos olvidado esto!
O simplemente ahora lo pensamos demasiado y no hacemos.
Tratamos de hacernos un método, un pensar todo con anticipación para tomar un supuesto atajo en el aprendizaje [que resulta en todo lo contrario], pero en verdad el método que sirve ya lo hemos puesto en marcha muchas veces para aprender todo lo que hemos aprendido. Siempre lo olvidamos...

Y terminamos haciendo esto: 

             (pensar un plan antes) +
              fallar > frustrarse > abandonar  

         ó   fallar > frustrarse > intentar de nuevo sin ajustar nada >
              frustrarse > (...) > abandonar.

(... y todo bajo una actitud no-didáctica,
sino que "tratando de lograrlo 'ahora ya!' ".)

Olvidamos que el método bajo el que aprendimos todas las habilidades que hemos aprendido era:

              fallar > ajustar > repetir incorporando los pequeños nuevos avances  
             (en un círculo virtuoso, hasta la maestría)

Además está el factor humildad ante el oficio a emprender. Saber: "no sé", "he de ser sincero en corregirme para saber", y con esa base avanzar en el desarrollo de la habilidad. Por ejemplo cuando no sabíamos caminar , partíamos de la base de que "no sé caminar". Por ende la motivación era fallar, ajustar, repetir sabiendo que aún no se ha logrado el objetivo (sin que el proceso mismo deje de ser entretenido), y de esta manera ir acercándonos cada vez más a la simplicidad de caminar como se hace normalmente. Nos vamos acercando a un punto de equilibrio,  vamos refinando la habilidad hacia ese "centro" cada vez más detallado.

Con el ejercicio meditativo que se relata en este blog es exactamente igual. Partimos de la base de que "no sé hacerlo"; y entonces vamos jugando a fallar/ajustar/repetir para ir acercándonos gradualmente al centro, al equilibrio de meditar como ha de ser.

Una vez que sabemos realizar el ejercicio correctamente, la depuración posterior sigue funcionando bajo la misma didáctica intuitiva de jugar a fallar/ajustar/repetir.

Y el punto de equilibrio se vuelve entonces un asunto de sintonía fina.

Finísima.

Finisisisisisísima.










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era tan simple

A veces cuando escribo de estas cosas, sobre todo de "cómo se hace", o "qué se siente" entrar en el mundo mental al que la técnica adecuada da acceso, me olvido de mis propios comienzos (o sea, me olvido de que alguien nuevo en esto tendrá que pasar por un período de ajuste y refinación de su habilidad... y en definitiva sufrirá un poco [ja!, pero no es para tanto: es la misma frustración por la que uno pasa al tratar de aprender algo nuevo]).

Y me olvido porque básicamente todos estos mini-artículos son más bien recuerdos de una "época de gloria" en mi práctica personal que vengo posponiendo sin razón coherente por largo tiempo.

Por ejemplo:  en lo que se refiere al cambio de perspectiva y a cómo es el ejercicio meditativo que describo en las series < sonreír (1)  (2) y (3) > y < tele (1) y (2) > entre otros, olvido que para mí fue todo un proceso descubrir estas cosas, y las comparto porque luego de pasar por ese proceso descubrí también que "oh, era tan fácil y yo lo estaba complicando todo".

Lo que pretendo es que sepas que después de todo el enredo que uno mismo fabrica, todo se simplifica.
Luego es cuestión de jugar. 

De hecho, al comienzo, no podrás ver tu mente con el nivel de detalle que te estoy describiendo. Con suerte tendrás momentos de calma, todo será actividad grosera sin cesar. Y tendrás largos ratos de la misma actividad mental que te es cotidiana: entras en las historias que esa actividad te cuenta y las haces tus historias o historias relacionadas a tí. Pero no desesperes. Simplemente es parte del entrenamiento. Después verás que todo esto valió la pena. Después verás que de a poco has adquirido una nueva habilidad mental. E incluso puede que te lo tomes muy normal, como si no fuera nada especial porque ya olvidaste que antes no tenías esa habilidad; como cuando uno crece y aprende a hablar, te lo tomas de lo más normal y no piensas en que antes no podías hacerlo (y no piensas en la maravilla del aprendizaje humano en general). 

Recordé todo esto porque hace unos días, meditando, me di cuenta que había perdido algunos rasgos de mi habilidad. Aún así, podía ver la actividad impersonalmente; pero lo más curioso era recordar la "plasticidad" que se ve cuando tu nivel de habilidad es más avanzado. La plasticidad de la actividad cuerpo-mente.

Y recordé, "ah, pero esto yo no era capaz de hacerlo al principio!" "Alguien que recién comienza no podrá ver su actividad mental de esta manera, sino una muchísimo más tosca"

Mi mente estaba algo turbulenta, pero caí en cuenta que aún tengo en gran parte la habilidad adquirida en los "días de gloria", y entonces podía ver esa turbulencia bajo la perspectiva correcta (lo cual resultaba muy asombroso). Es como entrar y salir de un hechizo, de una hipnosis, de un sueño. La experiencia mental cotidiana es realmente como un hechizo, como una hipnosis, como un sueño. Y si uno lo piensa bien, es muy raro eso de entrar y salir de ella consecutivamente en una sesión de meditación [y además ver la plasticidad de este proceso!]

En fin... me estoy dando vueltas en detalles... quizás solo para alentarte a probar.

Para mí, no hay nada más interesante y curioso que este fenómeno. La idea de que somos capaces de desenmarañar nuestra propia red constituyente, nuestra propia "Matrix". De que podemos romper ese hechizo tan casi-perfecto que juramos de rodillas que es real.

Pero la intención inicial de este escrito era recalcar que al comienzo no podrás hacer lo que explico con tanta habilidad, ni ver con tanto detalle las actividades mentales desnudas; y por eso creo necesario hacer un llamado a no alarmarse, a tener paciencia, a seguir, a tener confianza, pues lo que viene después es casi como una película. No puedes creer que  los procesos de tu propia mente, que están creando tu "realidad", sean así de tangibles.






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sonido


 Cuando suena una gran campana (de tono bajo preferentemente) el sonido que emite y como reverbera es muy bonito. Hasta produce una especie de calma.





Y si hacemos el juego de prestar atención exclusiva al sonido e imaginamos las ondas de ese sonido que se va extinguiendo poco a poco, así mismo podemos imaginar que es el cambio corporal/mental que pasa por las etapas de < darte-cuenta, soltar, relajar, sonreír, volver >.

Se siente muy parecido (hay diferencias... pero al menos el relajo de la cabeza y el cuerpo, y el cambio de perspectiva se sienten muy parecido)

O se siente también — sobre todo en el rostro y la cabeza — muy parecido a como si derrepente te pusieras a escuchar "para atrás" sin mover la cabeza.

(prueba qué se siente "escuchar hacia atrás" sin mover la cabeza; como dirigiendo la atención auditiva hacia el espacio que hay detrás tuyo. Observa el cambio que ocurre)

El relajo de la tensión intracraneal es como si dentro de la cabeza hubiese un globo inflado al extremo y luego se desinflara (con la válvula de escape hacia abajo) dejando entonces de presionar la cabeza por dentro.


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ser o no ser, esa no es la cuestión (2)

(En relación a  < ser o no ser, esa no es la cuestión > )

Ahora, no es que de ese modo de percepción ultra-refinado podamos decir, "ya, ahora, voy a adoptar ese modo de percepción" y listo. Para ser capaz de hacerlo, antes es necesario entrenar la mente, por medio del desarrollo gradual de ese modo de percepción (y de eso fundamentalmente se trata todo esto).

Antes se precisa < Comenzar bien: lo básico, bien >








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ruido

Una vez, en el monasterio del gran maestro de la tradición tailandesa del bosque, Ajahn Chah, se escuchaban ruidos de fiesta de las aldeas circundantes que no dejaban meditar a sus pupilos, quienes habitaban el monasterio. Así que estos fueron donde el maestro y le contaron que los ruidos estaban perturbando su práctica de meditación.

Ajahn Chah respondió: "No es que el ruido les perturbe a ustedes, son ustedes los que perturban al ruido!"


Muchas veces nos encontramos con este tipo de frases aparentemente enigmáticas, llenas de una sabiduría impalpable, inalcanzable; fenómeno que encontramos exacerbado en el Zen-adoptado-por-moda, donde se da a raudales (y también en otros casos). Pero en este caso no es que se trate de una expresión cuasi-poética o algo por el estilo por parte de Ajahn Chah. Está  señalando cómo realmente es el fenómeno.

Es la atención de la mente la que "va" a "inmiscuirse" con tal o cual estímulo [en este caso un ruido]. Y entonces nos agarramos de ese estímulo y lo hacemos "parte de mí"; "algo que me molesta a mí." Así es el fenómeno en realidad!

Y su origen es nuestra incontrolada (o des-sosegada) reacción emocional impulsiva ante ese estímulo  (nacida a partir de la habitual actividad mental turbulenta). El "me gusta" o "no me gusta" instantáneos, y el intento inconciente de control para que las cosas sean "como yo quiero que sean": es decir donde se entromete la personalización, el "yo"—"quiero".  Entra en juego un intruso que no estamos viendo.

Pero la cosa es que sin haber experimentado algún estado con cierto grado de ecuanimidad como los descritos en  < Las profundidades de la mente >, sólo podemos imaginar lo que Ajahn Chah está diciendo y hacernos una idea que hasta podríamos precipitadamente y al instante aceptar como cierta. Y hasta podría alguien que no lo ha experimentado asentir con la cabeza y decir "qué cierto!" (otro fenómeno muy frecuente)

Pero esa aceptación del hecho no es distinta a aseverar sin haber experimentado, sin haber estado ahí o sin haber "probado" antes por ejemplo: "la chirimoya mezclada con naranja es exquisita!", o "el mar en tal país es tibio",  o "Nueva York es una ciudad muy cosmopolita", etc.

Sin haberlas experimentado, estas son cosas que adoptamos como ciertas por que nos las contaron. Para ser más fieles a la verdad, sería mejor decir: "dicen que la chirimoya blablabla". "Dicen que".

Por eso es importante no aceptar estas cosas con antelación, o asentir porque "es bueno" asentir ante este tipo de cosas. Lo importante es comprobarlo. "Probar la fruta", "meterse al mar", "ir a Nueva York".

Sólo al estar en China podrías decir: "estar en China se siente así o asá", porque si has estado ahí, sabes lo que se siente estar ahí. De igual manera, solo con haber estado uno mismo en alguno de los Jhanas es que uno puede aseverar basado en la propia experiencia directa algo parecido a:  "No es que el ruido te perturbe a tí, eres tú el que perturba al ruido",

y aceptarlo como cierto.







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Meditación (10): tele (2)

Imagina esto

Imagina que estás viendo tele.

Imagina que la estás viendo como "la segunda manera" de ver tele, explicada en < tele (1) >

O sea, estás viendo sólo los movimientos, las imágenes, etcétera sin armar una historia. Y eso  — esa perspectiva — si te das cuenta, te provoca calma, serenidad, una sutil alegría... como cuando estás boca arriba y miras al cielo completamente despejado, completamente celeste, y la mente se calma, el cuerpo se relaja... y eso te tranquiliza, te trae paz, te alegra...

Ok,

Ahora, imagina que derrepente te olvidas de esa perspectiva y vuelves a la de siempre. Y comienzas a armar la historia, a sumergirte en el mensaje de las imágenes de la tele...

[por ahora no sabrás bien cómo fue el proceso de olvidar y volver a lo de siempre, más adelante cuando estés más diestro, sí]

Y entonces, "sin quererlo"comienzas reaccionar al mensaje de las imágenes, a la historia que tu mismo estás inconcientemente construyendo. Reaccionas y sientes "deseo", "enojo", "miedo",  "euforia",  "ansiedad", "preocupación", o lo que sea... todo tipo de reacciones emocionales ante las imágenes y la construcción de la historia; reacciones que tienen un denominador común: el cuerpo se tensa;

en distintas partes, de distinto modo, en distinto grado (por eso podemos identificar qué estamos sintiendo: si deseo, o enojo, o miedo, o alegría, o ansiedad...etc...)

... pero la cosa es que el cuerpo (y la mente) se tensa.

Y no te diste ni cuenta.

Y te atrapó. Volviste a absorverte en la historia. Como hipnotizado.

Volviste inconcientemente a la misma forma de siempre.

Ahora

Imagina que:

... de repente caes en cuenta o te acuerdas que antes estabas viendo lo mismo pero de otra forma simplemente. Con otra perspectiva.

Y cuando te das cuenta, te ríes para tus adentros de ti mismo, te lo tomas con humor, y entonces te relajas, te sonríes y vuelves a la perspectiva del "segundo modo" de ver la tele.

El solo hecho de darte cuenta ya gatilla un cambio en tu actitud, en tu perspectiva.

Y te diste cuenta,
abandonaste la perspectiva del armar historias
el rostro, la cabeza, el cuerpo (y la mente) se relajan [que se relaje la cabeza por dentro es muy importante]
vuelves a una actitud serena y sonriente, en paz, en calma...
Y vuelves la atención de la mente a la otra perspectiva [la que te tenía relajado] mientras sientes y habitas esa actitud

Así mismo, es meditar...





(y esos fueron los < 6 pasos > del proceso de volver)

Cambias de una perspectiva a otra mediante un tipo de cambio en especial.








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Meditación (9): tele (1)

Uno está acostumbrado a ver tele (o alguna pantalla en que se muevan imágenes).

Pero ¿te has fijado que puedes ver tele de dos formas?

Dos formas bien en general.

Y sobre todo resulta con la publicidad, o con trailers de series o películas, donde hay imágenes aleatorias que se suceden más rápido:

Una es: la misma forma de siempre; en que vas viendo las imágenes y vas siguiendo/construyendo la historia que relatan las imágenes, e incluso hasta te emocionas de alguna manera, aunque sea leve (o sea, vas respondiendo emocionalmente con las historias: te gusta, no te gusta, te es indiferente [pero igual sigues en y con la historia]). Estás armando y digeriendo "el mensaje" de la tele.

Y la otra es la forma en que te pones a ver sólo los movimientos de las imágenes sin seguir/contruir la historia de lo que se trata. Ves movimientos, cosas, mensajes, pero no construyes la historia. Te fijas en otro aspecto de lo mismo que estás viendo, y dejas de ponerle atención a esa historia. Lo ves como es: imágenes aleatorias que se suceden rápido. Y no haces una historia con eso.

Bueno, así mismo podemos ver la mente.

De las mismas dos maneras.

Sólo requiere un cambio de perspectiva especial. "Aquel" cambio de perspectiva.

Y el pequeño esfuerzo que requiere el cambio de una forma a otra no es mucho más que el de la tele.

Sólo hay que aprender cuál es "aquel" cambio para ver la mente; cómo es que se hace.

En verdad se hace igual!

Pero si te pones a pensarlo y a tratar de entenderlo "parte por parte", y a tratar de "aplicar lo que he leído" (o sea, tratar de fabricar lo que me he imaginado de lo que he leído), y tratas de forzar las cosas para lograrlo, eso no resulta.

Ese pequeño esfuerzo se vuelve gigante."Muy difícil!", " Imposible!"

Y es uno mismo el que lo torna difícil.

(el problema está en tratar de efectuar el cambio mediante la fuerza; cierto tipo de fuerza)
(pero eso solo ocurre porque se está trabajando bajo la influencia de la perspectiva errada).






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Ser o no ser, esa no es la cuestión.

Con mucha facilidad y soltura algunos amigos señalan que el Buddha declaró que el sí-mismo o el alma, o una entidad permanente como tal no existe.

E incluso, como el respetado estudioso japonés Akira Hirakawa señala en su libro "Una Historia del Buddhsimo Indio", este sinuoso asunto es uno de los principales por los que el Buddhismo desapareció de India durante un tiempo.

Pero todo esto es una gran confusión, cuya aclaración aún es desconocida para muchos. Pues este — el tema de la existencia/no-existencia del sí-mismo — es uno de los asuntos que el Buddha deja intencionalmente sin contestar e incluso al ser interrogado las hace a un lado y prosigue con lo verdaderamente importante para los cursos de acción que conducen al fin del sufrimiento. Según señala, éste — y otros asuntos como ese — no tienen más que efectos contraproducentes para quien quiere cumplir su entrenamiento a cabalidad.

En definitiva, esas interrogantes que se ocupan de las dicotomías de existencia/no-existencia y ser/no-ser [del individuo, del alma, del universo, etc.], son asuntos que el Buddha no responde pues no tienen solución mediante el uso de la razón, y que por lo demás representan un pantano en el que uno puede entramparse. Son causantes de más proliferaciones mentales sin fin, y por ende no se condicen con la puesta en acción del entrenamiento mental que él enseña.

Pero entonces, ¿por qué sí declara que todos los fenómenos son "anatta"anatman], no-sí-mismo?

Bueno, eso es asunto aparte: El Buddha no declara que el sí mismo no existe. Y tampoco declara que existe. Solo enseña que todos los fenómenos son "anatta", "no sí mismo", o usando mejor una palabra más entendible: impersonales.

Y ¿qué pretende con señalar esto?

Pues bien, lo que pretende no es responder a la pregunta de si una entidad estable existe o no existe. Lo que pretende es enseñar que mediante un modo de percepción específico tú mismo puedes llegar a ver — y sin que nadie te lo cuente — que todos los fenómenos, y por ende todos los fenómenos mentales también, son realmente impersonales. Que aquello que creemos es mi-mismo es en verdad actividad impersonal.

Pretende enseñar que la diferencia entre relacionarse con las actividades mentales como siempre lo hacemos: personalizándolas y dándoles un sentido en el mundo y una historia conforme a la narrativa personal, no conduce al fin del sufrimiento como sí lo hace relacionarse con ellas mediante un modo de percepción directa, sin ese sentido de mundo ni esa narrativa personal, sino que simple y directamente como la actividad impersonal que es; como eventos/fenómenos/procesos que se suceden en la mente, sin personalización alguna de fondo.

Por ejemplo, en el Sabbasava Sutta (extracto adjunto al final), el Buddha hace la diferencia entre estos dos modos de percepción. En el primero, al adoptar el tipo de atención a los fenómenos mentales que fomentan la distracción/deleite de la mente en lo sensual, en la noción de existir, y en la ignorancia (ó respectivamente: lo sensorial, la perspectiva personalizadora, y la incapacidad de ver los fenómenos como realmente son y no como los "coloreamos"), al "entretener" la atención en ese tipo de fenómenos bajo una perspectiva personalizante (haciendo de esos fenómenos algo "mío", que "hago yo", que "me pasa a mí"), surge entonces la noción de un sí mismo y un relacionarnos con nuestro propio proceso como si fuésemos una entidad y no una actividad. Personalizamos un fenómeno/proceso que en verdad es impersonal, y lo hacemos "mí, mío, mi-mismo". Lo cual no termina con la producción de sufrimiento, sino todo lo contrario.

En el segundo, los eventos no solamente se ven sólo como eventos que se presentan impersonalmente y sin añadirles una narrativa detrás, sino que se catalogan bajo el marco de < "las cuatro nobles verdades" >, que no es más que este entrenamiento del modo de percepción fenomenológico radical que ve directamente que aquella actividad que se presenta en el presente inmediato "es 'estrés'" [dukkha], ve que " 'esto' es el originamiento del 'estrés'", que  " 'esto' es el cese del 'estrés'", y que " 'esta' es la manera de actuar que conduce al cese del 'estrés'" [se destacan los 'esto', para indicar que 'esto' quiere decir: "la actividad o el fenómeno que se está presentando ahora" (en la mente) es "tal cosa"]. Esas "cuatro nobles verdades" son una manera de poner en palabras ese acto y entrenamiento de observación/sensación inmediata y directa, y bajo esos términos.

Por lo tanto y nuevamente, la enseñanza de "anatta" [no-sí-mismo] del Buddha, no es una respuesta a una pregunta existencial. Es un modo de entrenamiento que desarrolla la facultad mental que lleva a ver que verdaderamente "todos los fenómenos son impersonales", lo que tendrá efectos liberadores sobre el proceso psicológico que produce sufrimiento.

Adjunto dos extractos de suttas:
a. < Ananda Sutta >, donde el Buddha deja sin contestar esta pregunta y le explica a Ananda su discípulo por qué.
b. < Sabbasava Sutta >, donde el Buddha subraya la importancia de la "atención apropiada"  [yoniso manasikara] y la diferencia radical de sus resultados en la experiencia  en contraste con la atención inapropiada; con la que luego de nacer — y en el intertanto de crecer — aprendimos a vivir, y a la que estamos habituados.  La misma que tú y yo estamos habitando en este mismo instante.







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El Budismo hoy, el Buddhismo al principio, y el Canon Pali (2)

Otro aspecto importante a considerar — y gracias al cual obtenemos beneficio de todo esto — es el asunto de: Entonces, ¿qué es ese "Buddhismo al principio" contrastado con el "Budismo hoy"? ¿Y por qué el énfasis en el Canon Pali y el "Proto-Buddhismo"?

La concepción  masiva y popular actual respecto al Buddhismo se debate principalmente entre que si éste se trata de una religión/creencia/espiritualidad o de una filosofía. Y la verdad es que — dependiendo de qué entendemos por religión y filosofía — podría entenderse como que es ambas, pero más bien es ninguna de las anteriores.

Si bien al estudiar los registros más antiguos en el Canon Pali, podríamos quizás entender su contenido como una filosofía, y desarrollar un método filosófico en base a él, o bien podríamos entenderlo como una creencia, y adoptar su contenido como tal en base a fe, lo cierto es que ambos acercamientos son los menos provechosos (por decir lo menos).

Al ahondar más, y sobre todo al poner en práctica su contenido, entendemos que éste se trata más bien de un manual de instrucciones. Quizás su estilo literario pudiese confundirnos — junto a nuestra formación como occidentales insertos en la cultura judeo-cristiana — y llevarnos a pensar el Canon como una "Biblia" o como un postulado filosófico de "la verdad". Pero si lo estudiamos sin estos tintes y lo llevamos a la experiencia práctica, caemos en cuenta de que el Canon se trata de la exposición de una técnica; un sistema educativo con un solo fin: resolver el problema raíz de la existencia al que todos los seres se ven enfrentados: el sufrimiento.

Esto suena críptico, sí, hay que reconocerlo. Pero el asunto es que la técnica que se expone, es aquella mediante la cual se lleva a cabo un auto-entrenamiento psicológico radical. Una técnica de evolución psicológica conciente.

El Buddha jamás expuso su enseñanza como un sistema de creencias, ni rituales, ni como un sistema develador de respuestas a las preguntas existenciales de las que quizás la filosofía se ha hecho cargo. De hecho, indica que ambos acercamientos son una obstrucción para el fin que se persigue; un empantanamiento; "un matorral de perspectivas, una jungla de perspectivas, una contorsión de perspectivas, un retorcimiento de perspectivas, un grillete de perspectivas. Se acompaña de sufrimiento, pesar, desesperanza, y fiebre, y no conduce al des-encantamiento, al des-apasionamiento, al cese; a la calma, al conocimiento directo, al Despertar, al Desatamiento."

El Buddha tampoco enseña asuntos tan de moda hoy en el mercado espiritual y "puestos en su boca" como: que todo es un uno interconectado, ni que el auto-sacrificio por el bien de los demás está por encima de la búsqueda del bien propio, ni que lo principal es vivir en el aquí y ahora, ni que la vida es sufrimiento, ni que la verdad está en tu interior, etc.

Tampoco enseña un comportamiento ético por el mero hecho de un comportamiento ético, ni alguna especie de mandamientos, ni que por medio de la adoración a un supuesto ser superior la "salvación" esté garantizada.

Sino que él mismo lo resume como: "Tanto antes como ahora, es solo dukkha lo que describo, y el cese de dukkha."

Es decir, todo lo que enseña es un entrenamiento cabal de la experiencia — del vivir y todo lo que eso abarca — mediante el cual es posible conocer cómo se origina dukkha (traducido como "sufrimiento", y que abarca toda la gama de colores del sufrimiento humano) y cómo llevar dukkha a un fin .

Es un "entrenamiento cabal de la experiencia o del vivir", pues está basado en los principios que rigen dicha experiencia: lo que ya en su tiempo se llamaba < "acción" (kamma ó karma) >, pero al que él le da todo un nuevo significado [pues no se condice con la visión hinduista y más conocida hoy de "karma" como una ley de causa y efecto, sino como algo mucho más complejo].

Cuando habla de acción (o kamma) se refiere a un "acto" intencional que va desde lo mental a lo corporal y por ende incluyendo lo verbal. Estos brotes volicionales surgen desde la mente; y brotan desde lo más recóndito e imperceptible para quien no ha desarrollado la habilidad de verlos en su estado primigenio — por lo mismo, este proceso de los actos es influenciado por la ignorancia [avijja] que el individuo tiene de su real modo de funcionamiento.

En base a esta ignorancia, y a la reacción emocional impulsiva e inconciente ante estos estímulos —  lo que se traduce como "Ansia" [tanha] o incluso "deseo" — nuestros actos siguen originando dukkha.

Pero la "acción", señala, y según él en base a haberlo visto directamente, funciona de tal manera — o su proceso y naturaleza real es tal — que hay una manera de desarrollar la habilidad, primero de generar actos "hábiles" (con resultados beneficiosos a todo nivel de experiencia) que "cancelan" o debilitan a los actos "inhábiles" (con resultados opuestos); y más aún, de que este mismo proceso llevado a su máxima expresión y a su mínimo nivel de sutilidad experiencial, conduzca a la cancelación de todo acto que continúe con la originación de dukkha.

Por eso su enseñanza no es religión/creencia/espiritualidad ni filosofía. Es la enseñanza del modo de "actuar" (en el sentido total expuesto de la palabra) para acabar con el problema del sufrimiento, que enfrentamos todos en el vivir. Y es solo la experiencia directa de lo que enseña lo que puede hacernos comprobar si es cierto o no que lo que explica funciona así.

Para eso enseña una técnica. O una súper-técnica. Y por eso esa técnica abarca desde la conducta (de manera de comprobar en una primera etapa si es cierto o no que evitando ciertos actos se experimenta menos sufrimiento), hasta la técnica de observación directa del proceso mental que está creando  dicho sufrimiento desde lo más básico de la experiencia.

Para esto es que enseña la que según él es la técnica, el entrenamiento. Y es categórico en decirlo, desde su conocimiento y visión directa, no hay otra técnica, no existe otro entrenamiento que lleve a esos resultados.

Es de esto que se trata su enseñanza, y todo lo que ello implica.

Para evitar que este aspecto central de la enseñanza del Buddha se pierda y se distorsione es que es necesario contrastar ese "Budismo hoy" con el "Buddhismo al principio". Para que ese tesoro de la humanidad no termine por desaparecer es que es importante hacer el énfasis en el Canon Pali y el "Proto-Buddhismo".








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El Budismo hoy, el Buddhismo al principio, y el Canon Pali (1)


Lo que hoy se entiende por 'Budismo', es en realidad un conjunto de culturas budistas, con otros conocimientos incrustados, con otras costumbres incrustadas, con otras creencias incrustadas. Hay muchas prácticas, enseñanzas, y ritos hoy presentes  que simplemente nada tienen que ver con el Buddhismo Original.

Hoy se cree que el Buddha enseñó mantras, mudras, tantra, zen y qué se yo tanta cosa que hay...

En vista y considerando que todo esto del Buddha sucedió históricamente hace más de 2500 años, y luego de todo lo que ha ocurrido en la historia de la humanidad: los cambios en la cultura, el advenimiento de nuevos conceptos, religiones, muchos 'ismos' de por medio, y la influencia de las culturas que han transliterado el Buddha-Dhamma [la enseñanza del Buddha], éste se ha convertido en simplemente otro 'ismo' más: 'Budismo'. O peor aún, en otro producto del mercado.

Esas influencias no han hecho otra cosa que deformar sutilmente el contenido original a algo muy parecido, pero no igual.

El "sabor y aroma" del original es muy distinto.

Hagamos el siguiente ejercicio para comprender de qué manera — al comienzo tan sutil y luego tan grosera — se distorsiona un mensaje cualquiera. Supogamos un fenómeno A, y un fenómeno B:

Al observar un fenómeno 'A' bajo la lente subjetiva de otro fenómeno 'B' (o sea otro fenómeno inserto en otro contexto), es inevitable que  'A' bajo la lente de 'B' se inferiorice respecto a 'B'; el fenómeno que se usa para observar al otro automáticamente se superioriza. El fenómeno 'A' bajo la lente de 'B' se verá inevitablemente teñido del fenómeno 'B' de referencia. La alteración sutil de un fenómeno observado bajo otro fenómeno es inevitable. Una perspectiva estudiada bajo la "visión de realidad" de otra perspectiva se verá alterada por la influencia de esta última.Una disciplina de otra cultura observada bajo la lente de la propia cultura se verá alterada simplemente para que ésta calce con algo que "ya conozco"; para entenderla debo hacer un paralelo con los conocimientos que ya poseo de manera que me haga sentido. Y qué decir si esa otra disciplina de esa otra cultura entra en conflicto con lo que ya conozco, con lo que es verdad para mí: la deformación será aún mayor; con buenas o malas intenciones de por medio.

En este caso, el fenómeno 'Buddha-Dhamma' bajo la lente del fenómeno  'Judeo-Cristianismo del siglo XIX' (o cultura tibetana, china, japonesa, occidental, y toda la estética, filosofía y creencias que estas puedan cargar), el resultado es un fenómeno 'Buddha-Dhamma' teñido de 'Judeo-Cristianismo del siglo XIX' (o de tal o cual cultura, creencia, filosofía, etc.).

Lo mismo va para la amplia gama de visiones new-age en nuestro mundo moderno occidentalizado. E incluso lo mismo para ciertos practicantes de ramas de la ciencia que intentan hacer calzar las técnicas Budistas a su conveniencia.

Si iteramos esto por todas las culturas, conocimientos, costumbres y creencias por los que el Buddha-Dhamma ha pasado, el resultado es lo que hoy entendemos por 'Budismo' y sus diversas manifestaciones.

Si el origen del Buddha-Dhamma es uno - el Buddha mismo - ¿por qué hoy vemos distintas sectas y escuelas de Buddhismo, con distintos ritos, prácticas y creencias?

Por este mismo fenómeno.

Todo Budismo con apellido es un sucedáneo. Inclúyase aquí: mahayana, theravada, vajrayana, tibetano, chan chino, zen japonés... (incluso el Dalai Lama... con todo el respeto que pueda merecer)... y todo intento moderno de Budismo-fusión.
El "sabor y aroma" del original es muy distinto.

Pero para entender el fenómeno 'Buddha-Dhamma' lo más directamente posible, y para que nos sea realmente útil en la práctica (en vez de perdernos en un mundo de historias y de fantasías) hay que observarlo sin lente de por medio. Sin otro fenómeno de referencia.

Y la única fuente confiable que tenemos hoy de todo esto, es el Canon Pali. El nunca bien ponderado, Canon Pali.

La dificultad en verle el valor a este voluminoso documento está justamente en su volumen, primero; en que no es una historia continua, sino que es como un gran puzzle, un gran rompecabezas que comienza a hacer sentido una vez que te has interiorizado mucho; en que las traducciones de los términos clave quizás no son los más adecuados (de lo cual te das cuenta una vez que sabes su original en Pali, y sabes "a lo que se refiere" por tu práctica y experiencia); pero más importante aún, en que cuando se practica de acuerdo al mensaje que contiene, se comienza a entender muchísimo más profundo. Lo mismo que habías leído quizás antes ahora cobra vida... e incluso luego cobra aún más vida. Este es uno de los aspectos más sorprendentes del Canon: parece inexhaustible en su comprensión, interminable en su mensaje, infinito en su sabiduría, no deja de asombrar.

Todo esto, no responde a una especie de fundamentalismo ciego. Es tan solo que si vuelves a lo original, en cuanto a teoría y práctica del Buddha-Dhamma, caerás en cuenta gradual y progresivamente de que simplemente así es.






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Las profundidades de la mente (2)

(ver la entrada anterior: < Las profundidades de la mente >)

Para aclarar la imagen de esos estados descritos brevemente en la entrada anterior, y no hacerse ideas confusas, es necesario esclarecer algunas cosas.

Esos estados han de entenderse como una especie de "logro", pero no son logros por los cuales hacer tanto alarde. Entrar en ellos no te vuelven alguien "especial", ni menos "superior". Recordemos que sólo son grados cada vez más profundos de entendimiento y visión del Originamiento Dependiente [el proceso que denominamos como "la actividad mental básica"]

Son además, estados temporales a los que uno "ingresa" gracias a la convergencia de las condiciones necesarias para dicho "ingreso". Cuando alguna de esas condiciones se debilita o se ausenta, uno sale del Jhana. Por ejemplo, si el factor de tranquilidad, o de atención, decaen un poco, se abre la posibilidad del surgimiento de alguna distracción que "succione" la atención de la mente y te haga entrar en el modo habitual en que lidiamos con la actividad mental según se presenta (básicamente personalizar todo y "hacernos uno" con la proliferación manifiesta de su actividad). Y entonces ... saliste.

Uno puede además perfeccionar y adquirir maestría sobre el ingreso a estos estados una vez que el desarrollo mental es mayor (lo cual conlleva un aprendizaje que desarrolla aún más la sutileza de la destreza mental). Al punto en que uno puede ingresar y salir por el tiempo que quiera, e investigar la mente en ese estado.

Los jhanas no introducen un cambio psicológico radical, ni una mutación completa de la personalidad. No son un "despertar" permanente. Son como una ducha. Te duchas y entonces aseas el cuerpo, pero eventualmente necesitarás ducharte nuevamente para que el aseo sea continuo. De esa manera se mantiene la higiene corporal. Y de esa misma manera se mantiene la higiene mental; se hace continua.

Es cierto que a medida que se profundiza en estos estados ocurren ciertos cambios. Como la adquisición de convicción en el Segundo Jhana, la adquisición de certeza de la impersonalidad [y de que no hay "creador"] del proceso mental en "La Experiencia de la Conciencia Infinita", y en general la adquisición de la capacidad de responder de modo hábil frente a los estímulos en la vida cotidiana, de "sufrir menos", por nombrar algunos. Pero ese cambio radical al que llaman "Despertar" [y que algunos mal-llaman "iluminación"] sólo ocurre una vez que ves el Originamiento Dependiente en todo su esplendor.

Volviendo a lo anterior, si bien una vez que se ingresa a los Jhanas la mente "obtiene" un conocimiento, ese conocimiento es práctico. Es decir, ni siquiera pasa por el lenguaje en un comienzo. Se parece más bien al aprendizaje de una habilidad manual que se obtiene por repetición, auto-corrección y depuración. Como aprender a tocar un instrumento musical: al repetir los movimientos de las manos, "el cuerpo aprende" por repetición y entonces esos movimientos se refinan hasta que adquirimos esa habilidad al punto en que "el cuerpo lo hace solo". Es algo más parecido a eso, pero donde están involucrados factores y habilidades tanto corporales como mentales (como en cualquier aprendizaje). En este caso, la mente aprende "los movimientos" — o más bien, el juego de equilibrio entre sus factores — que le conducen a adquirir la habilidad de ingresar en esos estados, y más importante aún, de lidiar mejor con las vicisitudes que se le presentan en la vida. Esto por supuesto va de la mano con que la mente comienza a ver su propia actividad con mayor destreza, mayor sutileza, mayor objetividad, mayor poder.  La mente se abre paso entre su habitual actividad confusa y caótica, entra en su tormenta y ésta se calma, y entonces logra la habilidad de equilibrar la calma de su propia actividad con la agudización de su visión y  perspectiva de  cómo surgen las cosas. Esto es samatha-vipassana: el juego entre la tranquilidad mental y la visión de la realidad de su naturaleza, o introspección (intra-inspección) .

Cuando ya adquiriste la habilidad práctica puedes quizás explicarlo por medio del lenguaje. En el caso de la habilidad mental de la que hablamos, ocurren "insights": una especie de auto-explicación verbalizada de las experiencias que llevaron a la adquisición de la destreza. Un insight nos ayuda a comprender de forma patente "eso que ya sabíamos" por experiencia directa y que no nos habíamos "explicado" a nosotros mismos. Por raro que suene.

En resumen, el avance en los Jhanas son nada más que niveles de comprensión del funcionamiento de la mente en su modo más hábil, en el modo en que produce los resultados más beneficiosos para sí misma. Segundo, estas experiencias son extra-ordinarias en el sentido en que no se parecen en nada a ninguna experiencia ordinaria que se haya tenido antes, pero no le hacen a uno un individuo extraordinario (solamente un individuo con un nuevo aprendizaje, y vaya que aprendizaje!); un individuo extraordinario [ariya puggala] es uno de aquellos cuatro que nombramos al final de la entrada anterior, quienes han visto directamente la actividad mental básica y esa experiencia ha producido en ellos un cambio psicológico radical. Tercero, éstas son experiencias temporales que si bien la mente las "obtiene" y no las pierde, la habilidad de ingresar a ellas sí se pierde progresivamente, aunque no totalmente, si la práctica se interrumpe por cierto período de tiempo. Cuarto, el propósito ulterior es avanzar hacia la visión completa del Originamiento Dependiente, de manera de liberar la mente de la ilusión de sus constructos; de su "ignorancia" [avijja]. Esta ignorancia de la que habla el Buddha, no es la carencia de conocimiento teórico o de datos; es la carencia — o mejor dicho, la falta de desarrollo — de "sabiduría" [pañña]: el factor mental con la capacidad de ver el funcionamiento de la mente  en su realidad desnuda.

La cualidad mental que ve la experiencia en términos del Originamiento Dependiente.

La cualidad mental que ve la experiencia en términos de:

Cuando esto es, aquello es.
Con el surgimiento de esto, aquello surge.
Cuando esto no es, aquello no es.
Con el cese de esto, aquello cesa
.

O más aún, la cualidad mental que ve en cada uno de los enlaces que conforman el proceso del Originamiento Dependiente:

Esto es tal,
Esto es el originamiento de tal,
Esto es el cese de tal,
Esto es la vía que conduce al cese de tal.






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Las profundidades de la mente

Y es que el ser humano tiene la capacidad potencial de ingresar a las profundidades de su mente.

Hablamos de "profundidades" sólo por sugerir una imagen, pero quizás sólo al comienzo podría denominarse "profundidades". Con el avance en la práctica, más adelante son más bien "inmensidades" de la mente. Y luego "microscopicidades" de la mente.

¿De qué estamos hablando?

Estamos hablando básicamente de un progreso en la observación minuciosa de la actividad mental. Este progreso pasa por distintas etapas, por distintas experiencias de cada vez más sutil actividad/experiencia. Es un progreso en el entendimiento del proceso denominado "Originamiento Dependiente" [paticca samuppada].

En ese progreso se van aquietando las distintas actividades que componen la actividad mental completa. Y esa quietud nos permite ver con mayor claridad la tenue — casi imperceptible — y veloz actividad mental básica [paticca samuppada].

Estas etapas demarcadas a las que uno "ingresa" (porque se siente como un ingreso) se denominan:

El Primer Jhana / El Segundo Jhana / El Tercer Jhana / El Cuarto Jhana / La Experiencia del Espacio Infinito / La Experiencia de la Conciencia Infinita / La Experiencia de la Nada / La Experiencia de la ni percepción ni no percepción /

Y una última etapa: El Cese de la percepción y la sensación.


Y cada cual tiene descripciones precisas, y son experiencias demarcadas. Aparte de lo que describiremos suceden y se sienten otras cosas. Pero para hacer de esto un poco más entendible a la imaginación, podríamos hacer un paralelo con las distintas actividades que componen la actividad mental completa: la Actividad Afectiva, la Actividad Cognitiva, y la Actividad Perceptual.

Una aclaración: a pesar de este aquietamiento progresivo, la conciencia sensorial, la conciencia del entorno y la conciencia de las impresiones de los sentidos jamás se apaga, salvo parcialmente en la ni percepción ni no percepción, y totalmente en el cese de la percepción y la sensación. Es decir, en cualquiera de las etapas anteriores, si hay un sonido uno lo siente, si a uno lo tocan uno lo siente, lo que ocurre es que el equilibrio mental es tal, que eso no perturba a la mente, la mente no se agita con esos estímulos. Si entras en una experiencia parecida a éstas, PERO ya no sientes sonidos, y si te tocan no sientes nada (incluso si te gritan, o te golpean), has entrado en un estado de concentración absorta. Has tomado la ruta equivocada.

Bien:

En un comienzo (en el Primer Jhana), es la Actividad Afectiva la que se aquieta. Esto quiere decir, que la reacción emocional impulsiva a los estímulos internos y externos se aquieta en gran medida y sigue aquietándose al pasar a las siguientes etapas. Un factor característico de esta primera etapa es la presencia de "alegría" [pīti] y "felicidad" [sukha], pero es una alegría y felicidad distintas que nunca hemos sentido antes, que nacen de la ausencia de la tensión que produce la reacción emocional impulsiva. Aún hay pensamientos verbalizados de observación [vitakka-vicara], pero muy definidos, ya no es una masa incontrolada de pensamientos.

En el Segundo Jhana se aquieta la Actividad Cognitiva: ya no hay verbalización de pensamientos, y la reacción emocional impulsiva es incluso menor. El factor más característico de esta etapa, aparte de la "alegría", es la presencia aún mayor de "felicidad" [sukha], nuevamente es un tipo de felicidad que no conocíamos antes. Es una "felicidad" que inunda al cuerpo. Como una felicidad apacible que nos hace sentir como si flotáramos. En esta etapa además, surge convicción: estamos seguros ahora de que vamos por el camino correcto.

En el Tercer Jhana la ecuanimidad es aún mayor. La Actividad Afectiva y Cognitiva siguen aquietándose aún más (aunque no lo creyésemos posible). Aquí, incluso la "alegría" de las etapas anteriores es demasiado tosca para este estado, ésta desaparece. La ecuanimidad crece aún más. El equilibrio mental que hay, jamás lo hemos sentido antes.

En el Cuarto Jhana, la ecuanimidad es increíble. El equilibrio mental es poderoso, fortalecido, apacible. De aquí en adelante, la Actividad Perceptual comienza a aquietarse.

Y a medida que comienza a aquietarse, pasamos por experiencias que se denominan de acuerdo a lo "único" que se presenta a la mente en ese momento: Espacio Infinito, Conciencia Infinita, la Nada, Ni percepción ni no percepción. Es aquí que pasamos de las "inmensidades" a las "microscopicidades" de la actividad mental. Para no alargar más el asunto, una descripción corta:

Espacio Infinito: tal cual, sentimos que el espacio no acaba, y no hay "centro". No sentimos que "desde el cuerpo" se expande el espacio, sino solamente que "el espacio es infinito"

Conciencia Infinita: entramos en la "microscopicidad", comenzamos a ver con mayor claridad la ínfima y veloz actividad mental primaria. Vemos cómo surge y pasa esa actividad ínfima.

La Nada: la actividad es tan tenue, que la percepción es: "hay nada".

Ni percepción ni no percepción: la actividad es aún menor, casi imperceptible.

Y así, hasta que se ingresa en El Cese de la Percepción y la Sensación. La actividad mental cesa por completo. Aquí ya no hay conciencia en absoluto.

¿Cuál es la idea?

Que al emerger de esta última etapa, la actividad mental comienza nuevamente. Y como el nivel de equilibrio mental es ultra-poderoso, y la precisión y eficacia de la atención está tan desarrollada, es entonces que vemos la actividad mental fundamental: el Originamiento Dependiente.

Eso es Nibbana. [o Nirvana]

Esta experiencia es tal, es la adquisición de un conocimiento tal, que entonces la mente se libera de la ilusión que su propia actividad fabrica (que, como cotidiana y normalmente vemos sólo su actividad superficial, vivimos bajo ese constructo, bajo esa ilusión de un sí-mismo).

Y dependiendo de cuán eficiente y precisamente veamos ese "Originamiento Dependiente" es "cuánto" se libera la mente, o de cuántas de sus diez "trabas" [samyojana]. Es así que:

al individuo que se libera de las primeras tres "trabas", se le denomina sotapanna [el que entra en la corriente].
al individuo que se libera de las primeras tres "trabas" y debilita las dos siguientes, se le denomina sakadagami [el que retorna una vez]
al individuo que se libera de las primeras cinco "trabas" completamente, se le denomina anagami [el que no retorna]
y al individuo que se libera de las diez "trabas" completamente, se le denomina arahant,

para quien:

"El nacimiento está finalizado, la vida sublime cumplida, la labor hecha. No hay nada más en aras de este mundo."





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Meditación (8)

La refinación por repetición del ejercicio de observar
el funcionamiento real del movimiento de la atención de la mente,
de la actividad mental más elemental; la proto-actividad mental
y su ultra-detallado e hiper-veloz proceso escondido,

( "proceso" porque esa actividad/movimiento no es un salto de una cosa a la otra:
Algo pasa en medio,
y algo pasa en medio del medio,
y algo pasa en medio del medio del medio,
y algo pasa en medio del medio del medio del medio (.......) del medio )

.................... eeeeeeen fin,

esa refinación por repetición del ejercicio
es como tratar de descubrirle el truco de magia al mago.
Lo ves una y otra vez,
observas cada vez con más detalle;
desde distintas perspectivas,
luego en cámara lenta,

¿qué ocurre en medio?
¿qué ocurre entre un momento y otro?
¿qué hace el mago que de esto pasó a lo otro?

hasta que progresivamente
ves más y más detalles del truco.

Así, eventualmente: lo descubres.
Por repetición y refinación de tu observación.

¿Te has dado cuenta que si haces fuerza y te concentras (y en definitiva, te tensas) para verlo, menos lo ves?

Lo ves cuando te relajas...







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