liviandad

< Anton Krupicka > es un ultramaratonista de montaña que simplemente ama correr.
Pero ocurre que es muy especial: es un súper deportista (uno de los mejores en el mundo) con un enfoque minimalista, con sencillez de perspectiva, y sobre todo pasión por su disciplina. Y sin embargo, a pesar de ser "un profesional", simplificar su práctica y la vida es lo suyo

Se me viene a la cabeza una reflexión que hace años me ronda:

Para quien realmente ama hacer algo, ese algo no significa una carga.
Quien realmente ama hacer algo, hace ese algo con liviandad.
Quien ama, juega.
Y en quien juega, su desarrollo y aprendizaje es integral y además un gozo creciente.

Es muy común que como practicantes de meditación, nos tomemos este asunto demasiado en serio y nos pongamos rígidos en vez de simplemente jugar y fluir.

Rigidizamos: que cuántas veces al día vamos a practicar, que cuánto tiempo cada vez, que debo lograr esto y aquello, que debo hacerlo bien, que todo tiene que salir perfecto, etc. como si practicar fuese casi un castigo en vez de un disfrute; casi una obligación auto-impuesta en vez de el maravilloso juego de explorar la mente.

Quien juega, ni siquiera piensa en que juega, ni que aprende, ni que se desarrolla, y sin embargo lo hace. Solo juega.

Es menester liberarse de la carga innecesaria, simplificar, y practicar con liviandad.

Yo me decidí a volver a jugar cuando quiera, donde quiera, cuantas veces quiera y por el tiempo que quiera.


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