Un quehacer ( Parte II )

Bueno, y ¿qué relación tienen las cuatro nobles verdades, la perspectiva no sé qué, y la atención no sé cuánto conmigo? ¿y por qué tanto alarde con el sufrimiento, para qué tanto lloriqueo? (podría pensar alguien)

Primero hay que aclarar a qué se refiere el Buddha con dukkha, cuya traducción estándar es "sufrimiento". Fácil: se refiere a todo tipo de "sufrimiento". Una leve molestia, un sutil nerviosismo, ya cuentan como dukkha. Y qué decir de sufrimientos más patentes que todos catalogaríamos de "sufrimiento" (incluso abarca a algo más sutil que por mientras es inimaginable).

El asunto no es de "un lloriqueo" por todo, o de un pesimismo exacerbado. El asunto es que dukkha es una palabra Pāli que abarca toda esa gama de "sufrimientos", que, bien sabemos todos y muy a nuestro pesar: están y aparecen.

Todos estos "sufrimientos" duelen. Leve o groseramente. Duelen en la mente, y duelen en el cuerpo. Y todos "se expresan" en ambos. En el cuerpo se expresa en tensión.

"Se expresa" aquí significa más bien "reacciona" o "demuestra su reacción". ¿Demuestra su reacción a qué y por qué? A los estímulos externos e internos, del mundo y de la mente cuando son atendidos inapropiadamente y vistos bajo la perspectiva incorrecta. ¿Por qué? Por que ese estímulo se siente agradable, o desagradable, nos causa atracción o repulsión (o "lo siento", "me causa"[visto personalmente]). En ambos casos reaccionamos. En ambos casos la reacción se expresa, y se expresa en tensión corporal fundamentalmente.

Eso es sufrimiento. Y la reacción es su origen. [primera y segunda nobles verdades]

Ahora, la reacción básica de la mente frente al sufrimiento es buscar un escape. Generalmente buscamos ese escape bajo la influencia de la atención y perspectiva incorrectas: o reprimiendo la reacción, o "complaciéndonos" en el caso de la atracción y "expresando desagrado o explotando" en el caso de la repulsión.

Pero existe una tercera alternativa que nunca usamos, pues no sabemos cómo: Si abandonamos esa tensión, dejamos que se disuelva, que se relaje, y llevamos la atención de la mente a un modo de experiencia que nos haga atender apropiadamente, a adquirir la perspectiva correcta, entonces: el sufrimiento cesa, y esa fue la vía que condujo al cese del sufrimiento. [tercera y cuarta nobles verdades]

Esto es lo que tú y yo experimentamos todo el día. A cada momento.
Solo que estamos tan acostumbrados a la incomodidad del cotidiano "sufrimiento leve", que decimos que sufrimos solo cuando ese sufrimiento es más intenso, más patente. Pero de que — sin la tercera alternativa presente — está, está.

Con la tercera alternativa, no solo nos liberamos temporalmente del proceso de "sufrir", sino que además, lo vamos conociendo, aprendemos de él. Y llevando esta vía alternativa hasta sus últimas consecuencias: el sufrimiento como un todo llega a su fin.

Esa tercera alternativa es la relación de las cuatro no sé qué, la atención no sé cuanto, y la perspectiva qué se yo contigo, conmigo y con todos.





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